Octubre en el alma

En octubre llegan brisas,

susurros de hojas que caen,

un manto de oro y de risa,

que invita a soltar el pesar.

La luz se filtra entre ramas,

suave, como un abrazo,

y en cada paso que damos,

hallamos un nuevo lazo.

Las noches son más profundas,

pero en la calma hay consuelo,

las estrellas, en su fecunda,

nos recuerdan que hay un vuelo.

Es tiempo de cuidar el alma,

de escuchar lo que nos dice,

en la serenidad hay calma,

y en el silencio, el amor se teje.

Así, en este mes dorado,

recogemos lo que sembramos,

cuidamos lo que hemos amado,

y en el espejo, nos encontramos.

Octubre, mes de reflexión,

donde el viento acaricia el ser,

abrazamos la imperfección,

y aprendemos a renacer.